En la lejanía un lobo aúlla desgarrando las tinieblas y el viento trae hasta la costa su sonido. La mar lo envuelve con la cadencia irregular de su canto eterno depositándolo en la orilla, donde duerme la arena de una playa solitaria. Bienvenid@, navegante a mi mundo convulso. El lobo imprimió su huella en la arena para que te recrees, leas y sonrías.
jueves, 30 de julio de 2009
La goleta
Goleta que navegas
amen de velas cuadras,
de mástiles, una pareja.
En tus arqueadas cuadernas
viaja el peso de la vida.
Años que van pasando
roen la vieja madera.
Bajo mil golpes de mar,
temporales de mil tormentas,
vencen su resistencia
hacen saltar la brea.
Más no quedan puertos ya,
el océano no es carpintero,
que tampoco el capitán.
¡Ya no culpes a la mar!
Navega mientras resistas
que resistas al navegar.
Amada goleta, ajada y vieja
de árboles muertos construida,
más valían en la floresta,
verdes hojas, sombra y ramas,
que flotar en la inmensidad
de una mar, para ti no concebida.
Por el Lobo que camina.
Imagen luparia
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