viernes, 25 de septiembre de 2009

Engañados



Trascurre la tarde mientras me cuentas mentiras al oído y yo sonrío a los labios granados, escondiéndome en los faros de tus ojos a llorar sin que lo veas.

Sé que a mis espaldas sonríes y te enorgullecen las gestas que consigues bajo el regazo protector; que te llenas de gloria como los santos de tus pedestales, cuando paso la página, como si nada, de tu falta de sinceridad .No digo nada de esos detalles que te señalan en la lejanía como témpano a la deriva ,por ser tú la más distante de las estrellas que me habitan, pero no es cierto que te crea, como tampoco lo es ,que latas en el pecho que te da cobijo en esas noches frías, cuando finges guarecerte de la tormenta que aúlla afuera.
No tengas prisa, te digo al tiempo que acaricio la melena de oro que descansa sobre tu torso de miel. Susurrándote al oído, vierto de vuelta aquellas palabras que me decías, ayer tan solo, acentuando la sonrisa que se abre como el arco iris, al verte aparecer.

Engáñame ésta noche tan de cerca, que el alba, nos arroje a la luz, despertándonos de golpe sobre la piel y así mañana podamos inventar nuevas calumnias, nuevos acordes, nuevos abrazos que se entrelacen en el tiempo que es sin ser. Y Engañados fingiremos el término que nos aguarda al despertar el final.

Por el lobo que camina.

**imagen es Luparia.

No hay comentarios:

Publicar un comentario