En la lejanía un lobo aúlla desgarrando las tinieblas y el viento trae hasta la costa su sonido. La mar lo envuelve con la cadencia irregular de su canto eterno depositándolo en la orilla, donde duerme la arena de una playa solitaria. Bienvenid@, navegante a mi mundo convulso. El lobo imprimió su huella en la arena para que te recrees, leas y sonrías.
miércoles, 10 de marzo de 2010
Nubes oscuras
Imagen Escha Van den Boguerd. Calmare 2
Las nubes del cielo arrastran el plomo sobre el horizonte donde no hay sol.Como barcos de sombra quietos sobre las estrellas, las ahogan con su abrazo ávido de luz. Ahí están, amenazando el paisaje árido de la tarde donde el astro ha olvidado los naranjas que solía en aras de la oscuridad. El manto azabache no penetra en su espesura sino que al extenderse, deforma la noche con pesadas losas y sin augurio de lluvia su gesto frio deshace la delgada línea de la mar hasta aniquilarla con su espada afilada.Uno a uno los vientos fenecen sobre las olas sin crespones blancos de la costa y la calma no es otra cosa que el presagio de una muerte anunciada demasiadas veces ya.
Por el lobo que camina.
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La calma suele asustar, cuando te acostumbras a sonidos cotidianos y de repente cesan, es para asustar y esperar como tu dices aquella muerte anunciada demasiadas veces.
ResponderEliminarLinda entrada,
Saludos cordiales,
Hasta pronto, un fuerte abrazo.
Gracias Pluma, no son las calmas sino los temporales que preceden y auguran. La muerte todo lo calma.
ResponderEliminarAullidos y abrazos