En la lejanía un lobo aúlla desgarrando las tinieblas y el viento trae hasta la costa su sonido. La mar lo envuelve con la cadencia irregular de su canto eterno depositándolo en la orilla, donde duerme la arena de una playa solitaria. Bienvenid@, navegante a mi mundo convulso. El lobo imprimió su huella en la arena para que te recrees, leas y sonrías.
miércoles, 9 de junio de 2010
Tus ojos de mar
Demasiado azul en esos ojos bellos.
Te distancias y me miras mirarte con mis ojos negros.Elos son el espejo donde flota mi deseo: gemas que capturaron la mar y el cielo. la luz azul que persiguen los faros y todos los barcos de mis dedos. tu piel en la piel y el índigo que me atrapa sin remidio. Turquesas que brillan en la noche de amaneceres y el fuego. Hay una corana de ambar -tierra bruna- que circumbala el centro donde fenece la luz, agujero negro entre la materia y el cristal de la mirada de mar. Hay arenas claras y bajíos sobre olas de metal; hay atardeceres de coral. Lenguas glaciares que se asoman al océano infinito y absorven su fulgor. En el cielo atlántico donde reinan los dioses de antaño se dibuja tu nombre romano y germánico por igual; la risa de tus olas y las espadas de sal me hacen prisionero de tu voluntad de ópalo.
Solo te miro y me pierdo; solo me pierdo si no contemplo la mar en ellos.
Por el lobo que camina
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