En la lejanía un lobo aúlla desgarrando las tinieblas y el viento trae hasta la costa su sonido. La mar lo envuelve con la cadencia irregular de su canto eterno depositándolo en la orilla, donde duerme la arena de una playa solitaria. Bienvenid@, navegante a mi mundo convulso. El lobo imprimió su huella en la arena para que te recrees, leas y sonrías.
miércoles, 22 de septiembre de 2010
12: 33 P.M
Imagen Angel woman.- Graciela Iturbide.
Lo que era un movimiento lento, adagio melancólico, se ha tornado en alegro intenso y los dedos de la lluvia hacen sonar la pérgola del jardín. Sobre los verdes del seto que lo delimita, las pequeñas flores rojas se mecen inquietas mientras la intermitencia del agua las golpea sin parar, por eso cabizvajas, ahora protegen el nectar mirando al suelo; pequeños rios se precipitan por las hojas de sus brazos para morir en un suelo ávido y demasiado seco. Un leve charco se ha formado en las baldosas ocres que lindan con el cesped, y ahora, pueden verse hondas gotas salpicar a sus gemelas que protegidas bajo la cubierta se decantan dibujando formas abstractas. Llueve en el paraíso, y a lo lejos, se escucha el canto ronco de la mar .
Por el lobo que camina.
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