Lo que dicen las palabras

Las palabras no dicen nada. ¿Qué son el perro, o la casa, o la mar? Al ordenar las letras y colacarlas de esa u otra forma, nunca se superponen las ideas que las dieron - precisa-horma. Lo que yo siento cuando escribo río, no es en sí, sino la corriente de imagenes, los olores, y el sabor que aquella tarde me dejó al nadar en él; son los miles de ríos que se conforman en la memoria y se sienten como el sol que iluminaba ese pretérito paisaje . Digo mar, y a mí mente acuden una amalgama de azules, de grises o verdes, que sobrepasan la unión de palabras. Vuela un viento sobre la mente y desaloja del baúl todo aquello que ha sido desde que era un niño: la primera ola que se alejaba con el juguete en la playa, la sábana de cobalto sobre la que flotaban todos los barcos en puerto chico, el azul de la bahía desde la galería de un cuarto piso sin ascensor...Por eso, nadie puede entender lo que me digo cuando recito : Eras la mar y todas las olas de la bajamar. ¿Quién podrá comprender lo que se siente al sentir y decir las cosas? ¿Qué es la bajamar? ¿Acaso no es la magia que hace aflorar las rocas y los pecios que se esconden en ella? Es aquel coche sumergido al que acudía sin aletas , mientras la luz se hacía opaca y las sombras traían en su mano el miedo de las películas del sábado por la tarde. Es el primer beso en la arena húmeda aquella noche adolescente y todo aquello que al cerrar los ojos, se arremolinaba en mi interior.

¿Cómo explicar todo eso sin naufragar eternamente preso de las palabras sin palabras?

Ahora ya no sé lo que me digo y cuando escribo "molinos", quiero que seas tú quien que ponga en la palabra los recuerdos; quien delimite con su paleta los márgenes del óleo, y describa con su memoria, lo que yo recito desde la mía:

"Un cielo de cobalto se derramó sobre mí, y su fuerza, acudió a llenar el alma como la lluvia anega los ríos y endulza la mar, y se congregaron los verdes, y decenas de flores que bebían despacio, las nubes reflejadas en la ribera escondida bajo el árbol".

Sé ahora tú el dibujante de lo que digo, porque no me es posible hacer que entiendas todo aquello que las palabras me dicen cuando las escribo.(o las leo en los libros)

Por el lobo que camina.