Bajamar

Fotografía tomada a 100 millas al sur de Maspalomas en ruta desde Cabo Blanco a bordo del Lekeitio. Eran las 8 de la mañana al salir de la guardia de noche.Blas de Lezo.



Veo ante mi la mar cercando la costa, e impelida por los vientos estalla en su muralla llenándola de sal. Oh Atlante que luchas contra la empalizada de rocas, como esos aqueos que conquistaron Troya, ¿no dejarás que hoy entierren a los muertos? La lengua de arena sobre la que tantas veces anhelé esta utopía ha sido arrasada y en su lugar afloran ahora las raíces volcánicas que la dieron forma. las miles de naves como venidas de Grecia se adentran en la playa y devorada por la marea, pinta las losas de blanco y azul.Alli el faro en su atalaya duerme erigido como un dios ageno a la batalla y su altura sirve de aliento a las gaviotas que sobrevuelan los campos de la mar. Una caseta blanca resiste encaramada al acantilado, irreal, sabiendo como Hector, que un día será saqueada y esparcidas sus tablas, no quedará nada que la recuerde, ni siquiera estas letras , pues habrán sido pasto de las llamas que pintaron de negro la lejana cudad Epona.
Perdida la esperanza, la luz se encierra en el túmulo de la mar y bebe la sangre que flota en la cresta de las olas. Rola nuevamente el viento del oriente donde Aquiles llama a sus huestes y resuena el cuerno sobre la oscuridad de las rocas; las olas obedecen retrocediendo hasta los barcos que esperan abrazados al ancla un lugar en el puerto.
Se hace el silencio y con la calma aparece el alfanje de la luna, Apolo duerme, Odiseo urde un plan y mientras, Hector y Ayax, intercambian su espada en la bajamar.

Por el lobo que camina.