En la lejanía un lobo aúlla desgarrando las tinieblas y el viento trae hasta la costa su sonido. La mar lo envuelve con la cadencia irregular de su canto eterno depositándolo en la orilla, donde duerme la arena de una playa solitaria. Bienvenid@, navegante a mi mundo convulso. El lobo imprimió su huella en la arena para que te recrees, leas y sonrías.
martes, 12 de abril de 2011
Cuando nunca es siempre.
Imagen Paulo Campos.
Su silencio viste mi casa como un tul vaporoso que el viento destapa; cuando camino, no son mis pasos sobre las tablas lo que se escucha, sino el fru-fru de esas cadenas que se aferran a mi alma y ensordecen la sala. Observo como la luz entra en la alcoba: gris e imprecisa. Su bruma revuelve aquellas cosas que no deberían seguir aquí: Su caricia, el ruido seco de manzanas cayendo sobre el césped al yacer, murmullos y lisonjas. No sé porque los días divorciados de sol traen a mi playa su sonido. Me detengo y observo la puerta: Sé que no se abrirá y sin embargo, tengo la sensación de que la he oído cerrarse. Es como si estuviera a mi lado, como siempre; como siempre que fue siempre antes del nunca que es ahora. Llegada la noche las imágenes de la televisión danzan mudas sobre la pared, una luz- limón maduro, alumbra las páginas de un libro. El resto son sombras. Si las observo, puedo ver cosas que sucedieron hace tiempo y regresan con su aroma; tengo que hacer contrición para no dejarme arrastrar hacia su lado. Me aferro a la verdad que hay sobre mis manos y me evade de todo lo que ya no es realidad: Viejos carros, castillos, caminos de barro;verdes promontorios, puertos, y goletas de guerra, pero detrás de cada letra, su sombra aparece y me toma la mano.Entonces me doy cuenta de que ese silencio suyo, me acompañará siempre borrando todos los nuncas que me asolan el alma.
Por el lobo que camina.
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Sin duda sigue muy cerca, lo invade todo amigo mio, y los recuerdos se mezclan nostalgicos y alegres a la par. Pero seguimos caminando, con lo bueno y lo malo que queda por venir. Un gran abrazo, porque tu texto cala hasta los huesos.
ResponderEliminarSeguimos caminando amigo Suso, ese es nuestro sino...
ResponderEliminarComo el marino, aferrar o soltar las drizas en función del viento no solo es sabio sino práctico también.
Un abrazo enorme Horizonte amigo