En la lejanía un lobo aúlla desgarrando las tinieblas y el viento trae hasta la costa su sonido. La mar lo envuelve con la cadencia irregular de su canto eterno depositándolo en la orilla, donde duerme la arena de una playa solitaria. Bienvenid@, navegante a mi mundo convulso. El lobo imprimió su huella en la arena para que te recrees, leas y sonrías.
sábado, 29 de octubre de 2011
Miradas
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imagen mariló
A veces creo ver soles, cielos llenos de estrellas, Nubes; Abracadabras, palabras que se aman, que se buscan, que se entrelazan. A veces creo ver arco iris, centelleos en la mar, esquirlas de luz en el centro de una sombra; Máscaras sobre otra máscara y debajo nada. Viejos caminos sembrados de mentiras; piedras puntiagudas que se incrustan en la delgada sandalia de un viajero que nunca mira nada, a nadie; nunca mira y otra vez nada. Hay demasiada gente, demasiados barcos, demasiados trenes que nunca llevan a ninguna parte. Corazones helados donde la palabra cambia una y otra vez de amo, sin recordar, sin ni siquiera latir de vez en cuando. Luego un abrazo frio que mata la piel y el contacto; unos labios que evitan besar y que sin embargo buscan la frontera de la boca invitando al ocaso. Siempre mañana; despues; y luego nunca nada, como un futuro montado en un viejo tren sobre vías muertas. A veces creo ver sombras que caminan con la aparencia de hombres, de mujeres, y se abrazan y hacen el amor desesperadas, como suicidas que se precipitaran sobre las aguas luminosas de un río de tinieblas. Una frase hecha, vacía y contradicha hasta la indiferencia que resbala de oído en oído como la lluvia por el impermeable azul de un marino. Al fondo la mar es solo una masa difusa y gris que se disfraza de cielo sin luz.
A veces creo ver, pero nunca veo nada.
Por el lobo que camina.
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A veces la mirada del otro es tan profunda que sus ojos guían los tuyos.
ResponderEliminarPreciosa y lánguida mirada.