Imagen es luparia.-
La luz entra despacio por las rendijas de la veneciana y se posa en el lado vacío de mi almohada. Allí, entre los pliegues, donde residía su aroma, se forma una sombra que poco a poco devora la estancia.No se oye nada, tan solo un latido cansado, el rielar de unos ojos demasiado abiertos al insomne lamento de la mañana. Los perros duermen, hasta mí llega el murmullo de su respiración.Sin darme cuenta, regreso a la sombra imaginaria y observo como los rizos de su cabello se doran con la luz; sus párpados cerrados;sus labios en flor. Cierro los ojos con demasiada fuerza al darme cuenta de que mis torpes y solas manos han vuelto a abrazarse a la almohada.¿Comó puede ser que aún la recuerde? ¿qué clase de magia habita en su nombre? Rebusco en el redil donde las serpientes de la ira suelen estar, pero hoy ya no queda ni una viva. Los estupidos celos se precipitaron en el acantilado de la desesperación y al final, en la delgada linea del horizonte en llamas, un velero herido se hunde lentamente. Imagino la tranquilidad del fondo, las algas y las sombras que rodean el pecio de mi amor; me adentro en su casco por el orificio que mis palabras y las suyas ensancharon hasta el naufragio, intentando encontrar el cofre donde habita el -dulce- perdón, el tesoro de la reconciliación, la suerte de los enamorados, pero siempre que lo alcanzo, la luz me devuelve a la realidad, donde tiburones y mentiras nadan en círculos montando guardia.
Por el lobo que camina.
Cierto,tiburones y mentiras nadan en círculos montando guardia...pero los delfines los ahuyentan y la honestidad de corazón hace lo propio con las mentiras...Duele, carajo como duele echar de menos...pero no es momento de dejar de luchar y abandonarse...es el momento de cambiar de armas tal vez...Todos tus textos están llenos de honestidad y eso dice mucho del Lobo...un abrazo .
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