lunes, 23 de abril de 2012

Mundi codex die


Imagen tomada de la red.

Se han vuelto escasas mis palabras, espaciadas por la fuerza de las circustancias. Detenidas por la marea constante de la incostancia; por la falta de fe, por la carencia de paisajes...Pero al final siempre retorno al camino donde nacen las palabras.
El libro sigue siendo el viento que impulsa éstas velas negras; la energía que hace posible la mar de esta playa. Otro año más me siento aquí, en la orilla de esta mar para dedicar la más sincera de mis olas a mis fieles amigos de muchas o pocas páginas. Ellos son la puerta hacia los mundos posibles e imposibles;la puerta que nos iguala con el pasado ficticio, con el real o el que nos han contado los códices, las biblias de la sabiduria, los pergaminos de la conciencia humana. Y no encuentro mejor manera de celebarlo que la de gritar bien alto que hay mucho más mundo encerrado en sus lomos que aquel que habitamos.

Abro el libro que se encuentra en mi mesilla de noche y que aveces descansa en la mesa del porche, acaricio su lomo y descifro su misterio:

"Adelante, lector ¿Quién te ha dicho que no puede haber amor verdadero, fiel y eterno en el mundo, que no existe? ¡Qué le corten la lengua repugnante a ese mentiroso! Sígueme, lector, a mí, y solo a mí, yo te mostraré ese amor! .

M.Bulgákov.

El lobo desea que tengas, lector de estas letras, un feliz día de San Jorge, día del libro amigo.

Por el lobo que camina.



"Libros, callados libros de las estanterías,
vivos en su silencio, ardientes en su calma;
libros, los que consuelan, terciopelos del alma,
y que siendo tan tristes nos hacen la alegría!"

Gabriela Mistral, poeta.

2 comentarios:

  1. Gracias Lobo, ya pasó San Jordi, pero estoy de acuerdo completamente, los libros son el compañero ideal en los malos y en los buenos momentos. Un saludo

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