En la lejanía un lobo aúlla desgarrando las tinieblas y el viento trae hasta la costa su sonido. La mar lo envuelve con la cadencia irregular de su canto eterno depositándolo en la orilla, donde duerme la arena de una playa solitaria. Bienvenid@, navegante a mi mundo convulso. El lobo imprimió su huella en la arena para que te recrees, leas y sonrías.
domingo, 27 de diciembre de 2009
Pintor de paisajes
Has regresado después de las lágrimas, después de los grises. Reapareces con el vigor de lo nuevo, radiante y a cada paso irisas el paisaje. El solitario cauce seco que desciende de las montañas, ahora baja cantando con una lengua de plata que envuelve las rocas y con su delgado manto, hace de espejo a la bóveda celeste.
Tu sonrisa se posa en la mar despertando brillos y la espuma se tiñe de ti, cuando mueren las olas en el blanco de la playa. La luz hace amable su canto y hasta las gaviotas que planean quietas la cima del viento, admiran la belleza. Es el mismo horizonte y sin embargo borras la melancolía con tus pinceles llenando de colores la panza de las nubes, ayer tan tristes. En el lejano cielo que empieza a sombrear, un ángel de vaporosas alas atraviesa despacio el firmamento hasta convertirse en el fuego que liberas antes de zambullirte en el atlante a descansar.
Por el lobo que camina.
**imagen es luparia.
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