martes, 13 de noviembre de 2012

En época de barbarie


Imagen tomada de "La sandunga", estatua de Bentor en Tigaiga, los Realejos.-

Quizá debería escribir acerca de la realidad y dejarme de atardeceres, de soles que irisan las aguas mientras las nubes se incendian.

Lejos, en la fria pantalla de un televisor, una mujer se precipita contra el asfalto por falta de fe,por falta de apoyo de sus congéneres que aprueban las leyes. Recuerdo que una vez alguién de letras dijo que el capitalismo no tenía alma;ahora sé que es cierto. Veo caer su cuerpo como una torre de naipes; indefenso contra la gravedad, contra la altura, contra la codicia de los bancos que dicen perder cuando no han dejado nunca de ganar desde el principio de los tiempos. Usura. Si, es la palabra que se repite en mi mente; pero no solo esa, no. Deslealtad, infamía, leonismo exacerbado de aquellos que vendieron un sueño imposible a los pilares de la verdadera sociedad: la clase obrera. Esa mujer se precipita sobre la conciencia de los especuladores que ven engrosar más y más sus cuentas, dígitos fríos, de inmuebles de sangre, de créditos impasibles que te echan a la calle. Se precipita o se corta las venas o se acerca el oscuro cañon de una pistola al cielo de la boca. ¿Puedes sentirlo? A mí me oprimen el pecho los cientos de casos que no conozco y aun más los de aquellos que sí; todos se ven privados del sueño de tener ese algo anhelado donde vivir y ser feliz y llorar a veces: Un hogar.
Un agente se acerca a la puerta del inmueble, no viene solo, detrás está la ley que no es la misma para todos: los ricos tienen más ley porque pueden obtenerla.De pronto llama a la puerta y se siente el chirriar de la manecilla de una ventana; luego deviene el aire que recorre cada recoveco de la estancia. A fuera se repite la llamada y por fin una sombra se arroja contra las baldosas: tarda en caer tanto que los pájaros se detienen, y el sol en la frontera del horizonte se esconde rápidamente para no ver. Una nube vestida de ceniza se cierne sobre el cielo bebiendo la luz y una ambulancia arroja destellos naranjas sobre los abarrotados escaparates de unos grandes almacenes.Todos vamos dentro; incluso la sombra que no acaba de caer y el director de aquella entidad bancaria que hoy ha matado.

Vuelvo a la pantalla en blanco, a la hoja cibernética de blanco papel que emborrono en mis ratos de ocio. No quiero ver como aquella sombra se estrella, no quiero oir su grito agónico, ni el llanto de los que un día amaron su presencia; de pronto vienen a mi mente unas palabras del autor del libro que yace sobre mi mesita de noche:

**
" Para mí es una época paralela al derrumbamiento del Imperio romano. Se acabó el Imperio y empezó la barbarie. Lo de Gaza es barbarie, los campos de Hitler y Stalin fueron barbarie, el ataque a Irak es barbarie. Estamos destruyendo el sentido de la justicia. Creo que entramos en una etapa de barbarie que obliga a reconstruir el sistema. Porque el capitalismo no es que sea malo, es que está agotado ya. En el siglo XV era impulsor, constructivo. Ahora está agotado. ¿Cuáles son los planes? Más de lo mismo. Decir que dentro de 15 años acabará la pobreza y repetirlo 15 años después."


Quisiera que el sol volviera a nacer mañana con la esperanza de que nadie, nunca, se arrojará jamás desde una vetana, ni se quitará la vida por necesidad.

Por el lobo que camina.


**estracto de la entrevista a Jose L. Sanpedro, en Público. es del 22-01-09 Munárriz/Vicente.

2 comentarios:

  1. buena reflexión; quizás no sean tiempos para el romanticismo y si para la reivindicación.
    Te animo a que entre todos unamos fuerzas a través de este maravilloso mundo cibernético, que parece que se les ha ido de las manos y no lo pueden controlar

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  2. No hay nada más romántico que la reividicación.Quizá Internet sea la llave de una incruenta revolución que haga cambiar el mundo. Aullidos y saludos

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