lunes, 23 de noviembre de 2009

Navegar a vela



Imagen es luparia

Céfiro que entre la mayor y génova, haces vibrar el arpa de los cabos. vuelas con furia la espuma de la mar para quebrarla junto a mis pies indefensos. Arrecias cuando dormido queda el gallardo trapo de la popa y lo elevas con impulso irregular. Tu sordo silbido fracasa, trayéndo noticias del azul que levantas contra mi proa. Tú, aliento que despeinas el cabello en dirección de las olas, crees poderoso tu lamento, más yo lo hice preso en el blanco lienzo.
Desde la lejana montaña, que inhiesta se levanta sobre la mar, soplas con aire de venganza intentando alejarme del curso, arrimando la proa a las rocas oscuras que se desploman sobre la sábana que me une al cielo, allá en el infinito. En Inane alarde te esfuerzas, más mi rumbo se acerca ya a la la bocana del puerto.

Aferrado a la rueda contemplo los pañuelos que levantas contra el brazo gris que detiene tu ira. Una boya blanquiroja se tumba por el peso de las olas que tú envías y contra todo pronóstico, echo el ancla junto a la dársena traviesa que me espera. El mástil desnudo danza en la cubierta y tú que orientabas la mar en mi contra, ahora, mesas las maromas arrastrándome en vano a navegar.

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