En la lejanía un lobo aúlla desgarrando las tinieblas y el viento trae hasta la costa su sonido. La mar lo envuelve con la cadencia irregular de su canto eterno depositándolo en la orilla, donde duerme la arena de una playa solitaria. Bienvenid@, navegante a mi mundo convulso. El lobo imprimió su huella en la arena para que te recrees, leas y sonrías.
martes, 31 de diciembre de 2013
El año que va a comenzar...
Imagenes de Victor De Lara: http://www.flickr.com/photos/victor_de_lara/
Sobre la cómoda hay un álbum de fotos digital que va mostrando las instantáneas en él almacenadas; recortadas por el negro marco van apareciendo sonrisas o paisajes, puestas de sol o amaneceres; un velero, un perro, un niño y su juguete, un anciano sentado en el banco de la plaza iluminado por el sol.
Absorto en la cadencia regular del portarretratos me he transportado a las instantáneas de este año moribundo que apunto está de abandonarnos; de él, he querido guardar sólo aquellas que me hicieron sonreír o me emocionaron. Te invito querido lector, amigo, a que hagas lo mismo e imagines tu año en este marco virtual, superponiendo tan solo los momentos que nos hicieron bellos, especiales, únicos, amados al fin y que cuando suenen las campanas que anuncian el año nuevo, levantes tu copa y brindemos por los buenos momentos que están por venir.
Desde el sur, en la afortunada isla redonda; al borde de la playa solitaria desde la que envío estos mensajes náufragos, el lobo que camina os desea feliz salida y mejor entrada al año que va a comenzar.
Aullidos afectivos.
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Feliz Año, Lobo, o al menos que podamos trotar libremente y aullar a la luna. Un saludo.
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